En esta ocasión queremos compartir con ustedes los testimonios de tres voluntarias que participan activamente en el Centro MOVER Revolución y que, a pesar de la distancia, siguen al pendiente de los adultos mayores que acompañan desde hace ya varios años.
“Una vecina me invitó a ser voluntaria”; es así como María de la Paz Lara, mejor conocida como Mary, recuerda el momento en que comenzó su experiencia de servicio en el Centro MOVER, hace ya 5 años.
Previo a la pandemia, Mary apoyaba a los adultos mayores en diversas actividades, tales como manualidades, pláticas de salud y clases de baile.
Aunque ahora no pueda verlos físicamente, eso no representa obstáculo para que siga en contacto con ellos: les llama por teléfono para saber cómo se encuentran y les brinda su apoyo gracias al grupo de WhatsApp que tienen.
Con alegría nos afirma “Yo amo ser voluntaria. Mi mamá me enseñó a ayudar a la gente y eso es lo que trato de hacer. No te pagan con dinero, es mucho más que eso.
Recibes amor de parte de los abuelitos y ellos están muy agradecidos por las llamadas que reciben de parte de nosotras”.
Por su parte, la voluntaria Silvia Martínez también nos comparte su experiencia. Ella también participa desde hace 5 años, aunque su trayectoria se remonta 20 años atrás cuando comenzó como voluntaria en el DIF.
Silvia nos abre su corazón y nos comparte qué ha significado para ella ser voluntaria en tiempos de pandemia: “Ha sido de gran ayuda, ya que también a nosotros nos llegó a afectar la contingencia. Cuando recibo un mensajito de parte de las abuelitas con las que trabajamos, me levanta el ánimo. Si ellas pueden, ¿por qué yo no?”.
Al preguntarle a Silvia si podía recordar algún momento significativo que haya tenido durante su voluntariado, nos menciona: “Es muy gratificante que los abuelitos te consideren como parte de su familia, que te tomen en cuenta a ese nivel.
Yo invito a que más gente se sume como voluntarios, de verdad, es bien bonito ver las sonrisas de los abuelitos cuando compartimos con ellos. Espero que pronto nos podamos volver a ver”.
Finalmente platicamos con Mary Luna. Ella es voluntaria desde hace 8 años en el Centro MOVER Revolución y al igual que Silvia, comenzó su voluntariado en el DIF hace ya casi 30 años.
Al preguntarle qué significa para ella ser voluntaria, nos responde entusiasmada: “El voluntariado significa servir a la comunidad”.
Al igual que sus compañeras, resalta que los abuelitos se alegran cuando reciben llamadas y mensajes de parte de ellas; también nos confiesa que desea que termine la pandemia para poder regresar al Centro y seguir ayudándoles con sus manualidades y volver a prepararles su refrigerio, tal y cómo lo hacía todos los martes y miércoles antes de que comenzara la pandemia.